viernes, 18 de julio de 2008

Mi gato

Durante muchos días estuve hundido en la más negra tristeza. Pero entiendo que eso es cosa propia del alma, y que se observa en gran manera entre los sensibles humanos y yo soy uno de ellos, el prepararse por medio de la tristeza y el decaimiento para la sutil alegría. Y mientras más largos y pequeños sean los días negros, mas violento y saltarín será el contento.

Los filósofos y los poetas siempre hemos sido los grandes atormentados, pero también los grandes felices. Y la razón es que estos dos conceptos alegría y tristeza, nacen por comparación de los estados del alma: un hombre que permanezca en un solo estado de espíritu, no podrá saber que es la alegría y que es el dolor…

Pude haber estado profundamente triste, hasta que la maliciosa alegría se fue apoderando de mi corazón, como si fuese el vino mas añejo… y despertando de mis “miaus” exclame. Ya no hay nada por encima de mí. Puesto que los conceptos solo existen en mi alma: puesto que ahora soy un reproductor de la verdad. ¡Ya no tengo ningún amo! Ya no hay por encima de mi ninguna idea ni ser alguno. Ya mi existencia depende de mi querer. Y quiero vivir para conocer todas las verdades, todas las alegrías y todas las tristezas…

Hasta que mi corazón y mis ojos se hayan cansado…

En este punto se que me miran muchos ojos burlones, pero espero no se me enfríe mi cuerda locura. Y que no se me juzgue como a las tentaciones de la carne...

J. Mauricio Reyes





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