jueves, 30 de octubre de 2008

Alvaro Uribe

ALVARO URIBE VELEZ

Colombia

* 4 de julio de 1952, Medellín, departamento de Antioquia.

Primogénito de los cinco hijos del terrateniente y ganadero antioqueño Álvaro Uribe Sierra y de la concejala sufragista Laura Vélez, pasó su infancia en Medellín y en la finca que la familia tenía en Salgar. Los Uribe se instalaron definitivamente en la capital departamental cuando el muchacho contaba diez años.

Allí se educó en escuelas regidas por los padres jesuitas y los benedictinos, y finalmente en el Instituto Jorge Robledo, una casa de estudios que tradicionalmente ha formado a los vástagos de las clases pudientes medellinenses, donde en 1970 obtuvo el título de bachiller con excelentes calificaciones. En 1977 se licenció con honores en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad de Antioquia, donde estuvo activo en las Juventudes Liberales, y posteriormente amplió su currículum académico con el doctorado en la misma especialidad.

Su cualificación y su apellido aseguraron a Uribe una brillante y precoz carrera profesional en el servicio público. En 1976 desempeñó el puesto de jefe de Bienes de Empresas Públicas de Medellín (EPM), hoy uno de los operadores de telecomunicaciones más importantes de Colombia, y en 1977, ya graduado, entró en la administración del Estado como secretario general del Ministerio de Trabajo, labor que fungió hasta agosto de 1978, cuando el relevo en la Presidencia de la República del liberal Alfonso López Michelsen por su correligionario Julio César Turbay Ayala. Poco después Uribe contrajo matrimonio con Lina Moreno, en la actualidad profesora de Filosofía, con la que iba a tener dos hijos varones.


En marzo de 1980 Turbay le recuperó para el Gobierno como director del Departamento de Aeronáutica Civil, pero en agosto de 1982 cesó en el puesto para posesionarse, con 30 años, de la alcaldía de Medellín, su primer cargo electo en la lista del Partido Liberal (PL). En los apenas cinco meses que gobernó la ciudad, Uribe impulsó importantes obras de acondicionamiento y dotó de medios a las fuerzas del orden, pero no faltó quien sospechó la contribución en los proyectos cívicos del Ayuntamiento de los poderosos clanes locales del narcotráfico, que iniciaban una etapa de auge extraordinario y no desperdiciaban una oportunidad para ganar respetabilidad social al tiempo que lavar el dinero fruto de sus negocios delictivos.
Ese extremo apunta a una faceta controvertida o turbia en la carrera política del futuro candidato presidencial. Según el periodista de El Espectador Fernando Garavito y el investigador Fabio Castillo, autor del libro Los jinetes de la cocaína, en su etapa al frente de la Dirección
Siempre según estas informaciones, esgrimidas por los mismos detractores políticos que también le han acusado de connivencias con el paramilitarismo de ultraderecha, Uribe prosiguió los compadreos de su padre con las organizaciones de los capos Fabio Ochoa y Pablo Escobar Gaviria cuando aquel fue asesinado el 14 de junio de 1983, en su finca de Guacharacas, intentando defenderse de un intento de secuestro de la guerrilla marxista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Al entierro del conocido hacendado asistió el entonces presidente de la República, Belisario Betancur Cuartas, y durante las exequias Uribe declaró a la prensa que el Ejército necesitaba más medios para ganarle la partida a las diversas guerrillas entonces operativas, la mayoría de ideologías de extrema izquierda. Fabio Castillo sugiere que la agresión contra Álvaro Uribe Sierra estuvo ligada a sus actuaciones en el narcotráfico y la contrainsurgencia paraestatal.
de Aeronáutica Uribe favoreció al cártel de Medellín, concediendo a sus pilotos licencias de vuelo con que poder trasladar los cargamentos de droga.

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